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LIDERAZCO DE LOS FRANCISCANOS SEGLARES

TODOS LOS HERMANOS: LA AMISTAD SOCIAL COMO ESTILO DE EVANGELIZACIÓN PARA LOS OFS

Fr. Pedro Zitha, OFM

Introducción

Vivimos en una época en la que el individualismo se ha convertido en el “modus vivendi” y, en consecuencia, el valor de cuidar al hermano ya no tiene sentido. El otro o los otros ya no cuentan para nada, cada uno se preocupa sólo de su ámbito, viviendo según el lema: “Cada uno para sí y Dios para todos”.

K O I N Ō N I A

… juntos en el viaje

LA CONFERENCIA DE ASISTENTES ESPIRITUALES GENERALES DE LA OFS-JUFRA

2021 – 3

Año 28

n. 112

LIDERAZCO DE LOS FRANCISCANOS SEGLARES

TODOS LOS HERMANOS: LA AMISTAD SOCIAL COMO ESTILO DE EVANGELIZACIÓN PARA LOS OFS

Fr. Pedro Zitha, OFM

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Introducción

Vivimos en una época en la que el individualismo se ha convertido en el “modus vivendi” y, en consecuencia, el valor de cuidar al hermano ya no tiene sentido. El otro o los otros ya no cuentan para nada, cada uno se preocupa sólo de su ámbito, viviendo según el lema: “Cada uno para sí y Dios para todos”. La consecuencia de esta forma de concebir la vida es que a menudo, tanto en el ámbito social como en el religioso, quienes no comparten la misma opinión o las mismas creencias ya no son vistos como amigos que tienen una idea diferente a la mía, sino como enemigos a los que hay que combatir y/o excluir. Dentro de la OFS y, en concreto, en lo que se refiere a la pertenencia a la fraternidad -generalmente definida como “mi fraternidad”-, esta expresión se utiliza a menudo sólo para indicar la propia fraternidad local, vista, sin embargo, no como una célula de la Orden, sino como una realidad en sí misma. Casi parece que la fraternidad se reduce a un término puramente teórico y no concretamente real y práctico.

Más que nunca, el mundo necesita reevaluar su actitud hacia los valores de la fraternidad y el compartir, de la convivencia en paz y armonía.

¿Cómo es posible evangelizar en ambientes tan hostiles, donde todo parece estar centrado en el ego? Hablar de la amistad social es una tarea muy difícil, pero haré lo posible por destacar algunos puntos que, en mi opinión, son fundamentales cuando se trata de la amistad social como estilo de evangelización para la Orden Franciscana Seglar.

La amistad: un sentimiento humano

La verdadera amistad social debe basarse en el hecho de que todos reconocemos que pertenecemos a la misma familia humana, independientemente de la etnia, el credo, la nacionalidad o la opción política. Los seres humanos siempre han necesitado amigos, porque la amistad es esencial para la vida personal y es beneficiosa para la sociedad en su conjunto. En todos los ámbitos de la vida, la amistad es necesaria para el desarrollo del amor, ya sea fraternal o social, y no debe limitarse a un tipo de vínculo (de sangre, credo o afiliación política), sino que debe extenderse a la conciencia de una identidad común: la identidad humana. Los niños tienen la capacidad natural de expresar este comportamiento humano y entrar fácilmente en una relación amistosa con los demás sin ningún esfuerzo, prejuicio o escrúpulo. Tienen una inclinación natural a estar juntos, a expresar y experimentar el sentimiento de hermandad y cercanía. Por desgracia, el mundo de los adultos no siente la necesidad de aprender de los niños. De hecho, su actitud amistosa e inocente hacia el desconocido podría ser una lección para todos, recordándonos que debemos reevaluar nuestra comprensión del importante hecho de que todos pertenecemos a la misma familia humana.

La amistad nunca debe ser un concepto antiguo o meramente religioso, sino que debe ser un concepto humano que, por ello, siempre es relevante. Donde hay amor debe haber amistad, porque el amor nos impulsa a tender la mano a los demás. No es necesario ser cristiano para sentir la necesidad y el deber de amar y reconocer el derecho de todo ser humano a ser respetado. Sin embargo, no podemos ignorar que los cristianos deberían ser más proclives a amar y relacionarse con todos en la conciencia y la alegría de ser todos hijos del único Dios. Los cristianos lo saben bien y saben que son hijos de Dios. Y los que dicen no creer gozan de igual dignidad. Los cristianos tendrán sin duda una comprensión clara y un enfoque positivo de la amistad social, porque gracias a su fe saben que han sido amados, elegidos y llamados por Jesús no como esclavos, sino como amigos.1

Todos los seres humanos pueden disfrutar de la amistad de Dios a través del amor de otros seres humanos. Al amarnos los unos a los otros, participamos del amor infinito del Padre, que se reveló a la humanidad mediante el don de su Hijo, Jesús. Con este don, Dios nos ha manifestado su cercanía y la totalidad de su amor, tan grande como para llevarle a dar la vida de su único Hijo. Por tanto, sólo con amor y en el amor podemos emprender un viaje vital basado en la amistad y la fraternidad. En las realidades en las que estos dos sentimientos están presentes y vivos, es fácil que las personas se comprometan y colaboren para poner en práctica la vida de la fraternidad. Sólo cuando existe un profundo sentimiento de amistad y hermandad, cada miembro siente la obligación moral de contribuir al bienestar de la fraternidad. Ciertamente, sin una actitud humana verdadera y pura, como la de la amistad y el amor, todo se basará en los intereses egoístas de unos pocos y en la explotación.

Los franciscanos seglares, que se encuentran a la “sombra de un mundo cerrado”2 que a menudo subestima la importancia de la amistad y del amor fraterno, corren el riesgo de encerrarse en las fraternidades locales, donde, a causa de esta cerrazón, puede faltar la colaboración y la cooperación con las fraternidades de nivel superior (desde la regional hasta la internacional) y donde, a veces, hay una desconexión entre las fraternidades nacionales e internacionale. No hay que olvidar que la amistad y el amor también refuerzan la corresponsabilidad para trabajar juntos por el bien de toda la Orden y de toda la humanidad. Hay fraternidades que se enfrentan al problema de la fuerte disminución de sus miembros y que, a pesar de ello, tienen dificultades para entrar en colaboración con otra fraternidad, prefiriendo cerrarse o replegarse sobre sí mismas porque en el pasado no han tenido o experimentado relaciones de amistad o amor con otras fraternidades; no entienden, por tanto, la necesidad de salir de esa actitud de cerrazón que, en definitiva, es hostil a la idea de pertenencia a una Orden universal y al mundo.

La alegría de la fraternidad

La verdadera alegría de sentirse hermano o hermana de toda la humanidad, por desgracia o por suerte, se realiza cuando los requisitos de la fraternidad son perseguidos por todos y para el bien de todos, y esta condición es esencial para la satisfacción tanto de la humanidad en su conjunto como de los individuos. El ser humano tiene todavía mucho que hacer para encontrar la alegría de sentirse parte de una familia cósmica, es decir, parte de una relación fraternal en la que el individuo se siente responsable de salvaguardar la creación, la obra de Dios, en su totalidad, la naturaleza y la humanidad, sin excluir nada.

El mundo parece haberse hundido, más que en el pasado, en el abismo del individualismo y el egoísmo. Casi ningún miembro de la sociedad moderna es consciente de que pertenecer a un entorno colectivo, en el que todos tienen la misma dignidad a pesar de su opinión personal, su afiliación religiosa o política, es y debe ser una fuente de alegría. Por supuesto, podría estar equivocado, pero soy de la opinión de que la causa de este comportamiento tiene que ver con el hecho de que un gran número de personas han excluido a Dios de sus vidas. Incluso entre quienes siguen creyendo en nuestro Dios trinitario, cuyas tres personas son imagen de la perfecta fraternidad, y que por ello se refieren con frecuencia a la “alegría de la fraternidad”, encontramos con frecuencia personas encerradas en sí mismas, temerosas de anunciar a todos el Evangelio, ese Evangelio a través del cual se aclara el verdadero significado de ser hermanos en Cristo, y a través del cual se valoran y aprecian las relaciones fraternas como una verdadera dimensión interpersonal que genera el amor mutuo, de unos a otros.

Creo que también es justo recordar a los hermanos y hermanas de la OFS la necesidad de examinar su sentido de pertenencia y la dimensión interpersonal con respecto a la Orden y al mundo al que pertenecen. Durante el camino hacia la unidad de la Orden, tras la promulgación de la Regla paulina, algunos franciscanos seglares y sus Asistentes espirituales se esforzaron por aceptar esta idea de Unidad, expresión concreta de la alegría de la fraternidad con el mundo, que superaba el ámbito de la fraternidad u obediencia local en la que estaban asistidos o establecidos. Fue una prueba de su comprensión de la ineludible reciprocidad e intersubjetividad que presupone esa relación personal que tanto valoraba Francisco de Asís y que a menudo mostraba tanto en su forma de ser como en su famosa expresión “el Señor me dio hermanos”. No hay mayor alegría que sentirse amigo y hermano de Jesús. Es a partir de Cristo y en Cristo que podemos llevar esta alegría de la fraternidad a los demás, incluso a aquellos que no comparten nuestra fe, nuestros puntos de vista, que no pertenecen a nuestra tribu y nación.

La Orden Franciscana Seglar y el Evangelio

Cuando la fraternidad y la amistad se viven como fruto de la escucha del Evangelio, que exhorta a “amar al prójimo como a uno mismo” (Mc 12,31-33), la vida de cada franciscano seglar, como la de todos los cristianos, debe manifestar la verdadera expresión de los valores humanos y evangélicos, testimoniándolos en la vida cotidiana, adaptándola a la continua renovación de estilo que ésta requiere, a la continua búsqueda que permite “renunciar a algo por el bien común”3. En el Evangelio encontramos a Jesús que se acerca a la samaritana, que se sienta a la mesa con los pecadores, que cura a los enfermos, que muere en la cruz por la salvación de toda la humanidad y no sólo de algunos. El Evangelio nos presenta a Jesús como el prójimo de los marginados y olvidados de la sociedad, de los que son considerados extraños y enemigos por los demás. Su actitud nos anima a reflexionar sobre aquellas hermosas palabras suyas que encontramos en el pasaje que dice: “cuantas veces lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25,40). Son palabras que nos ayudan a valorar a los demás porque en ellas todavía podemos ver el rostro pisoteado de Jesús.

Los franciscanos seglares viven en un mundo en el que los valores humanos y evangélicos ya no son apreciados por todos, pero ante esta indiferencia y desprecio por el camino que durante siglos ha conducido a todas las naciones hacia una civilización humana, cultural y religiosa, los seglares no tienen más remedio que seguir dejándose llevar por la fuerza del Evangelio que han prometido vivir anunciándolo en el mundo de la secularización y la desviación.

Estoy seguro de que estos tiempos de la pandemia, más allá del sufrimiento y la desesperación que han traído, han sido una oportunidad para que la OFS “profundice, a la luz de la fe, en los valores y opciones de vida evangélica que propone la Regla de la OFS”4. Se comprendió más profundamente que es necesario estar abierto a las peticiones que provienen de la sociedad en estado de necesidad, de angustia, de soledad y de las realidades eclesiales, por ejemplo, las que surgen del cierre de las iglesias, de la condición de no poder intercambiar el abrazo significativo y fraterno de la Paz, de no poder participar en las liturgias fúnebres de hermanos o hermanas de la fraternidad, de no poder acercarse a un amigo familiar en duelo. Ciertamente, ha habido muchos desafíos por los que los miembros de la OFS se han visto obligados a reevaluar sus vidas como cristianos y como miembros de la OFS y, al mismo tiempo, como miembros de la sociedad civil que necesitan experimentar los valores del Evangelio que dan sentido y valor a la vida. Los valores humanos sin valores evangélicos privan a la sociedad del deseo de intentar llegar al prójimo, ese prójimo que a veces no comparte el mismo pensamiento, pero que sin embargo merece ser incluido en esa fraternidad de la que todos formamos parte para formar una única familia humana.

La humanidad, además de ser un conjunto de individuos, es una fraternidad, unida por los mismos valores y la misma dignidad; sólo el Evangelio puede despertar la responsabilidad de amar a los demás a pesar de sus peculiaridades, diferencias e ideologías. El Papa Francisco llama a todos a no caer en la trampa del individualismo que no nos hace más libres, más iguales, más hermanos, sino que nos convierte en un simple grupo de individuos que buscan su propio interés personal y egoísta a veces a costa de la vida de los demás. Así, la mera suma de intereses individuales no es capaz de generar un mundo mejor para la humanidad.5

La pandemia ha reavivado de algún modo el tema de la fraternidad y la amistad social, obligando a los hombres y mujeres de hoy a replantearse sus relaciones interpersonales y globales llevándolas a una raíz común, a saber, que todos los seres humanos no deben verse nunca privados del amor fraternal. El amor fraterno no se basa en discursos, sino en acciones concretas y tangibles, que son indispensables en el mundo actual, donde todavía se cierne sobre nosotros la oscura nube de incertidumbre arrojada por la pandemia y donde el individualismo sigue atormentando los corazones de todos:

Los franciscanos seglares están llamados a aportar su propia contribución, inspirada en la persona y en el mensaje de San Francisco de Asís, en vistas a establecer una civilización, en la que la dignidad de la persona huma la corresponsabilidad y el amor sean realidades vivas. Profundicen en los verdaderos fundamentos de la fraternidad universal y creen en todas partes espíritu de acogida y una atmósfera de hermandad. Rechacen con firmeza toda forma de explotación, de discriminación, de marginación y toda actitud de indiferencia hacia los demás.”6

Algunos miembros de la OFS y de la Gifra fueron más allá de sus inseguridades y trataron de ayudar a los demás, ofreciéndose a ir de compras, a coser máscaras para poder ofrecérselas a los que no podían comprarlas, y de esta manera, siguieron y siguen anunciando el Evangelio a través de simples gestos de amor y fraternidad.

Los franciscanos seglares en la evangelización

Una evangelización eficaz depende de la plena comprensión de la responsabilidad personal confiada por Jesús a los bautizados de anunciar el Evangelio a todos. Al igual que Cristo, “cuando la Iglesia llama a la tarea de la evangelización, no hace más que indicar a los cristianos el verdadero dinamismo de la realización personal”7.

Desgraciadamente, cuando se trata de la evangelización, la mayoría de los cristianos no se sienten incluidos en esta misión. Suelen considerarse receptores de esta misión y no como parte proponente de la misma. Por lo tanto, es deber de los Asistentes Espirituales ayudar a todos los miembros de la OFS a comprender mejor cuál es su misión y a ser conscientes de su responsabilidad de ser portadores y anunciadores del Evangelio para inculcar en todos los pueblos, los valores de trabajar por el bien común y el interés por mejorar la vida de todos.

Los Asistentes Espirituales deben generar una actitud fraterna apoyada en una propuesta de evangelización con una dimensión comunitaria (trinitaria) en la que los bautizados sientan la necesidad de anunciar y presentar el amor de Dios y su Reino en todas las partes del mundo, a todos los pueblos sin exclusión, “ay de mí si no anuncio el Evangelio” (1 Cor 9,16-17).

Los franciscanos seglares, como miembros del Cuerpo que es la Iglesia y cuya Cabeza es Cristo, según sus propias capacidades deben contribuir al bienestar del Cuerpo que les pertenece y hay varias formas que pueden utilizar para difundir el Evangelio. Sin embargo, desgraciadamente, los miembros de la OFS olvidan a menudo que han sido “llamados a colaborar en la edificación de la Iglesia como sacramento de salvación para todos los hombres, y que han sido hechos “testigos e instrumentos de su misión” mediante el Bautismo y la Profesión. Su apostolado preferido es el testimonio personal en el entorno en el que viven y el servicio a la construcción del reino de Dios en las realidades terrenales.”8

En estas realidades terrenales en las que cada franciscano seglar debe “vivir su propia misión en primera persona y responsabilizarse de ella a su manera”, buscando siempre9 el rostro de Cristo en sus hermanos, independientemente de su nacionalidad, raza o credo.

La misión evangelizadora debe encontrar ante todo su fundamento en el amor de Cristo, por el que todo franciscano seglar es impulsado a ir “al encuentro del misterio sagrado del otro, a la comunión universal con toda la humanidad como vocación de todos”.10

Conclusión

Vivimos en un tiempo en el que los retos son grandes, pero nunca debemos pensar que son imposibles de afrontar con una actitud evangélica: la del amor, la esperanza y la fe consciente, seguros de que, tras la oscuridad, está la luz de la Pascua. Parece oportuno reiterar que los franciscanos seglares tienen muchos desafíos que afrontar. Sin embargo, no deben tener miedo porque el miedo sólo trae parálisis a la Orden y algunas de estas condiciones ya están presentes en diferentes niveles de la OFS. Por ejemplo, a nivel nacional es fácil ver que algunas fraternidades están floreciendo mientras que otras están muriendo. Una amistad social debe estar arraigada a nivel personal, pero en beneficio de los demás. ¿Cómo pueden los franciscanos seglares incidir en estos temas de evangelización si dentro de su liderazgo no hay amistad, espíritu de diálogo, apertura y voluntad de desarrollar un espíritu de servicio a la fraternidad y al mundo?

¿Cuántas veces una simple información que debería ser compartida entre todos los miembros de la OFS, se detiene en el círculo de los miembros del consejo nacional? El Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti, en los capítulos III y IV habla del valor de pensar y generar un mundo abierto; un corazón abierto al mundo entero. A raíz de esta encíclica, ha llegado el momento de que los franciscanos seglares evalúen mejor su eficacia evangelizadora en la Iglesia y en la sociedad, su apertura a las diferentes cuestiones que se plantean para encontrar los caminos adecuados para que todos experimenten el amor que rompe todo tipo de división y discriminación.

NOTICIAS

Alemania – VFP y Capítulo Nacional electivo

La Fraternidad Nacional de la OFS en Alemania tuvo la Visita Fraterna de Ana Fruk, miembro de la Presidencia del CIOFS y la Visita Pastoral de Fr. Alfred Parambakathu, OFMConv., Asistente General. Las visitas tuvieron lugar del 6 al 8 de octubre 2021 en la OFM Exerzitienhaus de Hofheim am Taunus, cerca de Frankfurt. Los visitadores se reunieron con todo el Consejo Nacional y con el Asistente Espiritual Nacional, Fr. Hermann Josef Schlepütz, OFM. También tuvieron una reunión por video con Fr. Andreas Murk, Ministro Provincial de los Conventuales y Fr. Cornelius Bohl, Ministro Provincial OFM. Visitaron la iglesia de Nuestra Señora de Fráncfort, dirigida por los frailes capuchinos. El Capítulo Nacional Electivo se celebró del 8 al 10 de octubre en el mismo lugar. De los 28 capitulares, 23 estuvieron presentes en el Capítulo. Ursula Clemm fue elegida Ministra Nacional por segundo mandato consecutivo y Matthias Petzold fue elegido Consejero Internacional. El Capítulo Nacional también decidió establecer un nuevo miembro del Consejo para el Apostolado de la Juventud y la Familia, y Edelgard Curd fue elegido para este puesto. El nuevo Consejo Nacional fue instalado durante la Santa Misa del domingo, presidida por Fr. Hermann Josef Schlepütz, OFM. Fr. Alfred predicó durante la Santa Misa. Tanto la visita como el capítulo electivo estuvieron bien organizados y se desarrollaron de forma muy fraternal.

Dinamarca – Capítulo Nacional electivo

La OFS de Dinamarca se reunió los días 22, 23 y 24 de octubre 2021 en Maribo para celebrar su Capítulo Nacional. Los Capitulares reunidos en la capilla del Monasterio de Santa Brígida, en presencia del Ministro General de la OFS, Tibor Kauser, comenzaron la Eucaristía presidida por el Asistente Espiritual Nacional, Fr. Stephen Innes, OFM Conv.

Tras una cena de hermandad, comenzó el informe de la Ministra Nacional saliente, Gilda Suárez de Nielsen, quien también agradeció a la OFS de Dinamarca y a su consejo saliente. El sábado 23 comienza con la Eucaristía seguida de un buen desayuno fraternal. Siendo las 9.15 horas, el Ministro General abre la sesión de trabajo con unas edificantes palabras de ánimo a todos los miembros del Capítulo. Por la tarde, en presencia del Ministro General Tibor Kauser y de Fr. Carlos Ginés Campos-Julve, TOR, como testigo y representante de la CAS, tuvieron lugar las elecciones del nuevo Consejo, en la que la Hermana Hellen Zielke fue elegida Ministra Nacional. La jornada terminó con un momento de oración fraterna y el rezo del rosario franciscano. El domingo empezó con un desayuno seguido de la Eucaristía de clausura presidida por el Asistente Espiritual General, Fr. Carlos Ginés, TOR, durante la cual el Ministro General de la OFS, Tibor Kauser, confirmó los nuevos ministerios para la familia franciscana en Dinamarca.

Suiza francófona – Capítulo Regional electivo

El 24 de octubre de 2021 la Fraternidad Regional de la Suiza Francesa celebró su primer Capítulo electivo en el que participaron 25 capítulares de 12 fraternidades locales. En el anterior Capítulo, celebrado en marzo de 2018, al no contar con el quórum necesario, los delegados de la Ministra General de la OFS y de la CAS habían designado el Consejo que quedó en funciones para este trienio. El Capítulo fue presidido por Attilio Galimberti, delegado del Ministro General de la OFS, Tibor Kauser, y por Fr. Pedro Zitha, OFM, como testigo y representante de la CAS. Pierre Hostettler, OFM Asistente Espiritual del Cap., que terminó su mandato con este Capítulo. A la oración le siguieron los informes del Ministro, el Tesorero y el Asistente Espiritual. La asamblea los aprobó por unanimidad. Gérard Carpataux – Ministro, Edith Rowedder, Viceministro fueron elegidos. El Capítulo concluyó con la presentación del nuevo Asistente Regional, Fray Joseph Madanu OFMCap, y con un momento festivo marcado por un brindis de buenos deseos con el excelente vino del Valais.

Portugal – Visita Fraterna y Pastoral (VFP)

La visita fraternal y pastoral de la fraternidad nacional de Portugal se realizó del 28/10 al 01/11/2021 realizada por Silvia Diana, OFS – delegada del Ministro General OFS y Fr. Tomás Ginga Suva, OFMCap., en representación de la Conferencia de Asistentes Espirituales (CAS).

La visita se realizó de acuerdo con lo establecido en los artículos 94 y 95 de la CCGG. OFS y en el Estatuto de la CAS, art. 17,3. La visita fue una oportunidad para conocer la fraternidad nacional en sus puntos fuertes y débiles, y especialmente cómo se pusieron en práctica las recomendaciones de la última visita (PF), realizada en 2014.

La visita fue realmente un momento de gracia, aprendizaje y bendición; por eso damos gracias y bendecimos a Dios por el don de la vocación y la fraternidad franciscana. En definitiva, consideramos relevantes, importantes y llenas de desafío las palabras dictadas por los dos Provinciales (OFM y OFMCap.), en lo que sostienen de la OFS en Portugal: “la OFS es el futuro del franciscanismo en Portugal”.

PRESIDENCIA CIOFS

Del 06 al 13 de noviembre de 2021, la Presidencia del Consejo Internacional de la OFS (CIOFS) acudió al Colegio Seraphicum para la reunión previa al Capítulo General. El Ministro general Tibor Kauser dio la bienvenida a los nuevos Asistentes espirituales generales, Fr. Carlos Ginés Campos Julve, TOR y Fr. Tomás Ginga Panzo Suva OFMCap.

Todos los miembros de la Presidencia estaban presentes y algunos vinieron con sus copias para la reunión. Toda la semana se dedicó a la presentación de los diferentes temas como la aprobación del informe del Ministro General, el informe financiero; el estado de todas las Fraternidades Nacionales como Presentes, Emergentes o Constituidas; el traspaso a la próxima Presidencia; la propuesta de lanzar un proyecto de investigación histórica de los orígenes del CIOFS desde 1950 hasta la actualidad y la votación de los diferentes documentos que se presentarían al Capítulo y otros temas diversos. El sábado por la mañana fue un día libre y por la tarde una recepción para todos los miembros del Capítulo.

CAPÍTULO GENERAL 2021

El XVI Capítulo general y VII Capítulo general electivo se celebró en el Collegium Seraphicum de Roma entre el 13 y el 21 de noviembre de 2021. Participaron en el Capítulo los Consejeros Internacionales que representan a 56 de las 70 fraternidades nacionales de la OFS y los Consejeros Internacionales de la Juventud Franciscana y los Consejeros de Presidencia salientes, junto con los Asistentes espirituales generales.

Los cuatro Ministros generales junto con los Asistentes generales de la Primera Orden y de la TOR presidieron las Santas Misas de los días del Capítulo. Además, para esta ocasión, los miembros capitulares también tuvieron la alegría de ser recibidos en audiencia privada por el Papa Francisco.

En la sesión electiva, presidida, en esta ocasión, por el Ministro General Massimo Fusarelli, OFM, se eligió el nuevo Consejo de Presidencia: Tibor Kauser, de Hungría, fue reelegido como Ministro general y Mary Stronach (EE.UU.) como Viceministra general. Todo el Capítulo se desarrolló en un ambiente muy fraterno y alegre.

1 Cfr. Jn. 15,9-17.

2 Véase Papa Francisco, Carta Encíclica Fratelli Tutti, sobre la Fraternidad y la Amistad Social, Librería Editora Vaticana, Ciudad del Vaticano, 2020, nº 9.

3 Fratelli Tutti, nº 221.

4 Cf. Constituciones Generales de la Orden Franciscana Seglar (CCGG.), art. 8.

5 Cfr. Fratelli Tutti, 10.

6 CCGG. OFS Art. 18,1-2.

7 Papa Francisco, Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, a los obispos, a los presbíteros y diáconos, a las personas consagradas y a los fieles laicos sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, nº 10.

8 CCGG. OFS art. 17,1.

9 Manual de asistencia a la OFS y a la JuFra, pg. 146.

10 Fratelli Tutti, nº 277.