Roma, 19 de noviembre de 2021 | Nota de Prensa
Llevar adelante el trabajo y los proyectos del Consejo Internacional de la OFS necesitará un presupuesto anual que se incrementará en los tres próximos años entre los 231.000 y los 244.000 euros.
Esa es la cantidad establecida y aprobada por parte del Capítulo, tras la propuesta presentada por la Presidencia y mucho trabajo e intercambio fraterno por parte de los capitulares. No en vano, el aspecto económico es tan necesario como complejo en una Orden como la OFS en la que, no sólo conviven diferentes realidades, sino que además los ingresos proceden en casi su totalidad de las aportaciones fraternas y las donaciones de hermanos.
El trabajo, el intercambio de opiniones y la comunicación entre los capitulares han permitido dotar a la Presidencia de un instrumento fundamental para mantener el día a día de la OFS y para impulsar proyectos de formación, promoción, desarrollo e incluso justicia social. También importante será la información que, de forma anual, la Presidencia enviará a las fraternidades nacionales y que permitirán conocer de primera mano todo su trabajo.
El Capítulo también ha podido conocer hoy los detalles de tres proyectos territoriales que se llevan a cabo en zonas de poca o escasa presencia cristiana, pero en las que intenta ser luz la espiritualidad franciscana seglar.
Es el caso del Proyecto África, ya consolidado en el CIOFS, que en el anterior trienio consiguió celebrar el I Congreso Panafricano OFS/Jufra (foto arriba) y que sigue dotando de herramientas de formación a las fraternidades y hermanos con escaso acceso a ellas. De la misma forma, la zona Asia-Oceanía busca cohesión entre sus fraternidades, a pesar de vivir realidades muy diferentes que, sin embargo, ayudan a enriquecerla.
Por último, está el Proyecto de los países árabes, en los que el principal reto es el de vivir la vocación cristiana en comunidades aisladas y en entornos en ocasiones muy hostiles. El proyecto incluye el desarrollo de las significativas fraternidades de Tierra Santa (Nazaret y Belén), que apenas pueden siquiera mantener contacto entre ellas por la situación política de su zona.